Diversos
historiadores han tratado de identificar con claridad cuáles son los orígenes de
esta hoja milenaria que rinde homenaje a nuestros antepasados a través del acullico,
que es una forma de consumo legal y legítimo.
“En
medio de los grandes grupos de indígenas y campesinos nómadas que ocupaban los
Andes y el altiplano, además del trópico en el periodo inmediato post glacial,
la coca y sus grandes atributos medicinales y de energía daban fuerza a
nuestros líderes indígenas, hoy traducidos en su lucha constante contra los
enemigos de la pachamama”.
Varios autores como
H. Anthony 1992, indicaron que hallazgos arqueológicos en las hermanas repúblicas
del Ecuador y Perú establecen para la masticación de la coca, una antigüedad de
por lo menos 4 mil años antes de cristo. Entonces, si el cultivo de la hoja
milenaria de la coca data desde esos tiempos, además de ser consumida en su
forma tradicional como es el acullico, usada en los ritos míticos-espirituales
y religiosos por los pueblos ancestrales de las tierras bajas y del trópico,
como también en las tierras altas, entonces diremos también que los países extranjeros
que se oponen a la hoja milenaria de la coca, no tienen fundamento ni razón de
ser en su petición de penalizarla.
La coca es un
arbusto que se cultiva desde tiempos inmemoriales, cuyo producto tiene
distintos usos, formando parte de diversas culturas tradicionales de los
pueblos indígenas, originarios y campesinos de nuestro inmenso territorio. En
la actualidad se encuentra ligada a la diversidad cultural reconocida en la Constitución
Política del Estado del Estado Plurinacional de Bolivia.
Los pueblos
quechuas, aymaras, campesinos y corrientes urbanas de las diferentes regiones
del país, han realizado tradicionalmente el acullico de la coca en sus distintas
faenas y trabajos para equilibrar el hambre, la sed y el cansancio de manera
natural y sana.
En los Yungas de
Cochabamba, se administraron inmensas cantidades de la hoja de coca, provisionando
al antiguo imperio incaico y a todo el Tawantinsuyo. Los arboles de coca son la
mayor evidencia de la presencia milenaria de este elemento sustancial de la
pachamama. En los siglos XIV y XV se usó a la hoja de coca principalmente como
elemento principal medicinal, por sobre todo porque también era el centro de la
cosmovisión andina.
Ya durante la época
colonial, durante el auge de la extracción de la Plata en el Cerro Rico de Potosí,
la hoja de coca jugo un rol importante en la producción masiva de mineral. En
el siglo XVI se fomentó el comercio de la coca que llego a ser el segundo más
grande después del comercio de la Plata.
Hoy por hoy, se
posee diversidad de cultivos, que junto a la producción de coca en los valles, alturas
y el trópico en particular, permiten garantizar la seguridad y soberanía alimentaria
de nuestros pueblos, debiendo defenderla todos como bolivianos.
viva la hoja de coca!!!
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